17 Septiembre 2008 – 9:48 | Publicado por Sergio

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Antoni van Leeuwenhoek, un comerciante de paños nacido en Delft (Países Bajos) en 1632, decidió construir una lupa que le permitiera ver con detalle las telas con las que trataba. Van Leeuwenhoek no tenía formación científica pero sí una gran curiosidad por la astronomía, las matemáticas o la química que le permitió fabricar unas lentes montadas sobre una pequeña base de cobre que podían ser enfocadas según se acercaban o alejaba entre si y con una capacidad de más de 200 aumentos.

Con estas lentes van Leeuwenhoek comenzó a aobservar objetos que montaba sobre la cabeza de un alfiler. Y lo que comenzó a ver a través de su aparato le sorprendió tanto que comenzó a escribir cartas a la Royal Society de Inglaterra para compartir con ellos sus observaciones y que le dieran alguna explicación de todas aquellas formas que veía a través de su sencillo pero potente microscopio y que no comprendía.

En una de sus cartas, fechada en 1674, van Leeuwenhoek describía lo que pudo ver al observar agua que tomó de un lago. Unas formas espirales verdes se movían por el fluido. En otra misiva, con fecha del 17 de septiembre de 1683 y quizá la más importante, comentaba los resultados del experimento que le llevó a descubrir las bacterias.

En ella detallaba cómo tomó muestras de sarro de sus propios dientes y de los de cuatro personas más, dos de las cuales no se habían lavado los dientes jamás:

Entonces pude observar, con gran maravilla, como en dicha materia habían gran cantidad de pequeños animáculos que se movían bastante bien. Los del tipo más grande tenían una gran movilidad y se disparaban por el agua (o baba) como lo hace un lucio en el agua. El segundo tipo a menudo giraban sobre si mismas y eran más numerosas.

Lo que van Leeuwenhoek llamó animáculos eran en realidad bacterias y su experimento fué la primera observación que de estas se realizaba.

Van Leeuwenhoek pudo además realizar muchos otros experimentos y descubrimientos científicos de importancia crucial como la primera descripción de los glóbulos rojos, la confirmación de la existencia de la red de capilares sobre la que Marcello Malpighi había teorizado o la observación de espermatozoides, entre muchos otros.

Algunos de los aparatos que aun se conservan de van Leeuwenhoek pueden ser vistos aquí.

Información extraída de Wired y la Wikipedia.

Imagen: ilustración de uno de los microscopios de Van Leeuwenhoek realizada por Henry Baker en 1756.

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Etiquetas: bacteria, biología, microbiología, microscopio, química
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Sin comentarios 6 Mayo 2008 – 17:12 | Publicado por Sergio

Esta bacteria es capaz de sobrevivir en entornos radiactivos y transformar restos de uranio líquido (como los de los vertidos que contaminan recursos acuíferos) en deshechos sólidos.

Otras especies de Geobacter Metallireducens, bacterias anaeróbicas (es decir, que viven sin oxígeno), pueden eliminar manchas de petróleo y convertir deshechos orgánicos en electricidad.

En las fotografías podemos observarlas (coloreadas de verde) en un microscopio electrónico devorando apetitosos trozos de uranio.

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Visto en Eye of Science.

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Etiquetas: bacteria, contaminación, metabolismo microbiano, uranio
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